LLEVO LA
PALABRA EN EL CABALLO
J. Alberto
Hernández
A Domitilo León Vidal, tromba para la flor de la edad.
I
Yo quiero llorar
al carnaval del escafandrista
de memoria corta
y no sé si los augurios
la calamidad que forjó
esta piedra mía
huérfana de ti y del río
una mañana nos reúna
en la prolongación del tiempo
pero aún estoy lejos
mejor hagamos una fiesta y celebremos:
yo
una gota adentro
eco estirado en el cuero del tambor
II
Llevo la palabra en el caballo
más la boca, loca y a veces rayo
instante para lo que guarda
creo
ese demiurgo azorado
imantado por silenciosos prados
y me llegó el color del pájaro, lo menos pensado
la roca adherida en la memoria del lago
y me llegó sólo a remansos
el crisol desprendido que jugaste inofensivo
a invocar sobre el telar
la gota más dura
lo sabio que te hizo recordar la física
de la naturaleza
mientras lo sonoro se llevó tu rostro
III
Vivo allá
dónde la memoria
se formó eufórica
por el caballo que aún galopa
y se transforma en hilos
el aire de las palabras en sílabas matinal
que pregonan las polvaredas
la cuenta de pasos al andar
vivo allá
entre graznidos a canto de grillos
con las alcándaras de luz en espiral
raíz de los pensamientos
que me toman de sorpresa
conocimiento adquirido
compartido primavera tras primavera
y algunos todavía huelen al fruto
boca
preludio que te nombra
¡vivo allá!
IV
¿A quién pregunto por el color de tu caballo?
enhebro este último hilo
estela que a partir del solsticio
no son remansos
es un campo
donde han quebrado la pestaña del verano
época del fruto, de tu boca lasciva
enunciando
y pasa una garza con el pico más fino
¡ha! tierno prendedor
que se brizna a la corriente
y se lleva las mañanas
a desbandadas
pero
¿A quién pregunto por el color de tu caballo?
V
Sé por el borde y más por la luna
mi espiral de yambo sonoro
risueña caracola por donde pasa corriendo
vislumbrando la quietud
lo invisible y la teoría que juega nuestro aire
y creo el agua nos recrea confín a confín
ondulante hasta donde alcanza las miradas
las noches a contra luz del caballo
hundiendo el horizonte a suspiros
la rebeldía del punto
cartografía para la gota de sudor
los amontonamientos
para una lengua del verano
¡no escrita!
sólo lo necesario para el ensayo
de una laguna desde mi esquina
VI
Quiero vivir al aire
magia que aún no se revela
y va abriendo a conciencia
toda monótona gota
y mi cuerpo es una fiesta
fruto de una primavera inmensa
ella el impulso de tus pasos
que a la espalda se recrea
como mentir al espejo
con mi rostro y el tejado del pecho
corazón
la otra magia como tormenta devasta las semillas
luz entrecortada
¡llévame a la nada!
para encontrarte en la línea del silencio
con todo mi cuerpo a desbandadas
VII
Hoy alumbraste con la voz de los niños
- la llamarada
es pequeña
lo sé porque dios te piensa y yo también
pero en mí sólo suspiran jirones
palabras muertas
el punto llano que me deja eso si
la penumbra de la fogata
vislumbrándome